Masacre del 30 de julio

Hoy se cumplen treinta años de la masacre de los estudiantes universitarios cerca del hospital general del seguro social.

Según se cuenta, los estudiantes partieron de la Universidad Nacional en una marcha de protesta. A la altura del paso a nivel de la 25ª avenida norte con la entonces 7ª calle poniente (hoy Alameda Juan Pablo II) patrullas del ejército cerraron la calle y comenzaron a disparar sobre los manifestantes. En la desesperación algunos saltaron desde el puente del paso a nivel hacia la calle (son más de seis metros de altura) sólo para ser capturados por los soldados. Muchos murieron ese día, otros tantos desaparecieron y muchos más fueron capturados, para ser liberados días después. Fue la primera vez que pasaba eso en San Salvador en esa época.

Personas que se encontraban en un colegio privado situado a aproximadamente 500 metros de distancia escucharon los disparos, pero pensaron que estaban reventando cohetes (similares a los que se escuchan en navidad y las fiestas de fin de año). Nunca habían escuchado disparos con anterioridad.

Otra persona que participaba de la manifestación me comentó una vez que se encontraba en la parte final de la marcha, y que logró escapar de la persecución gracias a las autoridades de un colegio cercano que los dejaron ingresar al plantel. Incluso cuando soldados preguntaron si algún estudiante había ingresado, esto fue negado por el colegio. Gracias a ello, posiblemente esta persona pudo escapar de, como mínimo, una fuerte golpiza.

Este día, como sucede desde hace muchos años, se conmemora el suceso. Hoy hubo una marcha, que salió del portón de Humanidades de la Universidad Nacional hacia el sitio de la masacre. Se colocó una ofrenda floral y se está realizando una vigilia con actos culturales.

Fueron otros tiempos y la mayoría de la población de este país no desea que vuelvan a repetirse.