20.6.06

Asignaturas pendientes - 2


A veces entendemos "pensar" como el uso del sentido común para resolver los problemas. Sin dudarlo, es a veces la forma fácil, rápida y eficaz de salir del aprieto. Sin embargo, otras veces es necesario analizar las cosas con más detalle, pues el sentido común (el menos común de los sentidos) nos manda tras una pista falsa.

Les adjunto un ejemplo de esto, extraído de un libro que estoy leyendo en estos días.

"La historia del trielo ilustra con sencillez la aplicación de la teoría de juegos a las batallas."

"Un «trielo» es similar a un duelo, con la diferencia que hay tres participantes en lugar de dos. Una mañana el señor Negro, el señor Gris y el señor Blanco deciden acabar con un conflicto participando en un «trielo» con pistolas hasta que sólo quede uno de ellos. El señor Negro es el peor tirador porque su promedio de acierto es de uno de cada tres disparos. El señor Gris es algo más certero, porque su media está en dos aciertos de cada tres intentos. El señor Blanco es el mejor, siempre hace diana. Para hacer el «trielo» más justo conceden al señor Negro que dispare primero, luego podrá tirar el señor Gris (si es que aún está vivo) y detrás de él el señor Blanco (en caso de seguir con vida), y vuelta a empezar hasta que sólo quede uno de ellos. La duda es: ¿hacia dónde debería dirigir el señor Negro su primer tiro? Quizá quiera usted hacer una conjetura en base a su intuición o, mejor aún, basándose en la teoría de juegos."

Reproducido, sin permiso del autor, del libro "El enigma de Fermat" por Simon Singh. Planeta 2003

Al principio, intenté usar esas cosas llamadas probabilidades para resolver el problema. Luego me di cuenta que necesitaba pensar para resolverlo. Denle vueltas un rato y luego me cuentan su respuesta.

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Un poco de historia:

Hace poco menos de un año escribía otro post sobre la teoría de juegos.

2 comentarios:

  1. No tengo respuesta. Llevo la tarde en esto. No tengo respuesta. no. no. no. Pero seguiré pensando...

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  2. La opción del Negro es dispararle al Blanco: (a) si lo mata, pues sólo tendría 50% de morir frente al Gris; (b) si no lo mata, el Gris tendría 50% de matar al Blanco; (c) si ninguno de los dos lo mata, el Blanco sin duda elegiría para su primer disparo al Gris, pues el Negro no le atina ni a su propia frente.
    Siguiendo con el supuesto "c", cuando el Blanco mate al Gris, el Negro tendrá una segunda oportunidad para acabar con el Blanco. Claro que si el Negro falla, pues ojalá que lo maten, porque quien desperdicia dos oportunidades no merece otra... He dicho.

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