15.3.07

La inmunda realidad de El Salvador


En los pediódicos locales e internacionales aparecen pequeñas joyas que condensan parte de la realidad vivida en diversas sociedades

En LPG, encontré el día de ayer esta columna, que me parece que captura, cual fotografía, la micro-realidad de estas últimas semanas en San Salvador.

Vida cotidiana
La "nuda" realidad...
Óscar Picardo Joao / Columnista de LA PRENSA GRÁFICA

Las investigaciones sobre los atroces asesinatos en Guatemala caminan hacia atrás y de espaldas, en un desierto de incertidumbres y de hipótesis misteriosas, pautadas por contradicciones y miedos.

El debate sobre los préstamos se encarniza en el ya presente y aciago escenario preelectoral, y mientras unos vaticinan el caos total del futuro, entre renuncias y campañas en los medios, otros piden auditorías milimétricas.

Mientras tanto, los medios presentan al canciller en una senda postal con su esposa en el Taj Mahal (linda foto)..., el ministro de Salud se ve envuelto en un escándalo de conflicto de interés... y el diputado Silva ¿a saber dónde está?

Dos muertos por aquí, tres por allá, 12 al día en total; un sistema judicial brillante y una Fiscalía impecable (para el bajo medioevo), un aparato policial envidiable (al menos en Guatemala); un par de lanchitas con miserables 23 millones de dólares en cocaína; ¿y el caso ANDA?, ¿cuál caso...?, ya se olvidarán. ¡¡Hombre, si Kafka estuviera por aquí sería costumbrista...!!

Mientras este paisaje se desgaja, FUSADES jalona "contra corriente" la valoración de rendimiento de las instituciones democráticas en El Salvador, y el ciudadano común cada día desconfía más de las instituciones, de la palabra de los políticos y del sistema; ejemplos del desencanto sobran: el Banco Central de Reserva dice que crecimos 4.2%, y la ASI -cuyos miembros son el motor de la economía- cuestiona este resultado; los compromisos de elevar el porcentaje del PIB en educación a 4.5% -en la administración anterior- se quedaron en un modesto 2.9%, y la proyección de llegar nuevamente al 4.5% en 2009 -desde el 3.1% actual- es utópica.

En la Asamblea Legislativa el debate de los "silbadores" y de las prórrogas de los autobuses agotó a los diputados, estos "Altos Asuntos de Estado", así como el denso análisis para desaforar a dos diputados, ocuparon crucialmente el tiempo político, no quedando espacios para "dialogar" sobre los préstamos y la situación de violencia que vivimos.

En Los Cóbanos se desata un tsunami de intrigas y persecuciones que envuelve a empresarios, ministros y otros especímenes, y en San Salvador la Diego de Holguín pone a temblar los sistemas de posicionamiento global y los cálculos de nuestros ilustres ingenieros (graduados de nuestras magníficas universidades), mientras a unos kilómetros -en el Paseo General Escalón- una empresa que cumplió los requisitos y términos de referencia para el outsourcing no paga los salarios de los trabajadores; y un poco más hacia el centro, la alcaldesa no halla qué hacer con la basura ni con los vendedores que desbordan los límites metropolitanos. ¿Quién dice la verdad...?, pero, ¿qué es la verdad?

Unos dicen que el Instituto Salvadoreño del Seguro Social está quebrado, otros afirman que es una maravilla de eficiencia técnica y financiera en materia de calidad y calidez de servicios médicos. Lo cierto es que hasta el STISSS anda mal.

Y por allá lejos, a miles de kilómetros, están nuestros soldados en Iraq contra todo pronóstico de opinión pública, realizando labores humanitarias, mientras los indicadores de desarrollo humano y económicos nos catalogan elegantemente como país en vías de desarrollo y vulnerable, sujetos de la cooperación internacional y de la ayuda humanitaria ante los fenómenos latentes que nos acechan.

Esto es parte de lo sustantivo de nuestra cotidianidad, la "nuda" realidad, lo esencial de nuestra vivencia, la cosa misma que está ahí y que trasciende el saber especulativo, lo que respiramos en los medios de comunicación día a día, lo que se nos presenta fontanalmente, y sobre todo, lo que debe transformarse para lograr la anhelada democracia y el Estado de Derecho que deseamos.

Ya se ha dicho muchas veces que nuestra democracia está en pañales, pero me parece que estos pañales debieron ser cambiados hace mucho tiempo, pues ya apestan. Tampoco creo que los políticos sean "eso" que le da mal olor a los pañales*. Mas bien creo que todos ellos todavía están fijados en la etapa anal freudiana, no controlan sus esfínteres y aún no "avisan" para ir al baño, con los resultados pestilentes que se describe Picardo en su artículo. Me gustaría creer que pronto, muy pronto comenzarán a darse cuenta de la inmundicia que generan y aprendar a ir solitos al baño. Si no lo entienden pronto, pueden llevarse muchas sorpresas de parte del electorado. Ese es el gran temor de los partidos políticos para el 2009.

*¿Por qué no lo creo? Sé que hay al menos uno, UNO, que es una persona decente y honrada.

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2 comentarios:

  1. Me gusto tu post y el editorial del Sr. Picardo.
    Lo unico que no me gusta es tu conclusion: "Me gustaría creer que pronto, muy pronto comenzarán a darse cuenta de la inmundicia que generan y aprendar a ir solitos al baño. Si no lo entienden pronto, pueden llevarse muchas sorpresas de parte del electorado. Ese es el gran temor de los partidos políticos para el 2009."
    Ese es el tono de todos los editorialistas, llenos de "ojala que", "esperamos que" "primero Dios y", "en el futuro"... llenos de optimismo para un futuro que nunca llega. Lee los editoriales de los periodicos del 2000 o de mas antes y veras estas mismas expresiones. Nuestra democracia esta en pañales desde 1992 (un bebe de 15 años, increible). Prefiero ser pesimista y no optimista y menos cuando se trata de nuestos politicos.
    Expresar optimismo en este pais es ser credulo, no realista.
    Saludos Alderaban

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  2. SoyS:

    ¡Ja Ja Ja Ja! Ya me has dicho otras veces que no te gustan esos finales de "Ojalá"

    Me llamas crédulo y poco realista y entiendo que no buscas ofenderme. Cuando reviso la realidad de este país y sus políticos por supuesto que me decepciono. Sin embargo, siento que -en mi caso- dejarme llevar por el pesimismo es como darme por vencido. Y si de veras sintiera ese derrotismo, pues ya hubiera cerrado mi blog y me hubiera marchado de este país y de este planeta.

    La verdad es que ahí afuera hay gente con más problemas que yo y que sigue en el surco, trabajando honrada y conscientemente, sin conformismos o resignaciones. Esa es la gente que me da esperanza.

    Si los actuales políticos no logran entender que ya estamos hartos de que no aprendan a "avisar", pues tendremos que buscar otros que ya estén más grandecitos y que sí sepan lo que están haciendo. Es una gran tarea la que tenemos los electores para educarnos y no dejarnos llevar por las cancioncitas o los regalitos que se estilan en las campañas políticas.

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