El pasado viernes 10 de junio asistí a la presentación del guitarrista estadounidense Richard “Rico” Stover, que se llevó a cabo en el auditorio del Museo Nacional de Antropología "David J. Guzmán".
Cuando apareció en el escenario, su sonrisa cálida nos mostró un carisma y sencillez poco usual. Domina el español y lo habla muy bien, con un acento inglés, por supuesto. Como etnomusicólogo, Rico ha estudiado la obra de Agustín Barrios “Mangoré” y ha escrito un libro sobre él.
Según la definición dada por Rico, él es un intérprete de guitarra clásica, pero no como se concibe en Europa. Allá, el repertorio está lleno de gavotas de Bach u otras composiciones barrocas adaptadas a este instrumento o piezas de músicos españolas escritas para guitarra. Él, por el contrario, concibe la guitarra clásica no por las piezas interpretadas, sino por la técnica usada en la interpretación, en donde el mismo instrumento lleva el acompañamiento, la armonía y la melodía (esto lo dijo en una entrevista radial, la cual espero recordar con precisión)
Para confirmar esta tesis, el programa de la noche estuvo lleno de piezas de su propia creación, junto con las de Mangoré, Mario Chacón, Eriol Garner, Ignacio Figueredo, Atahualpa Yupanqui y Alberto Domínguez. Y los ritmos fueron igual mente variados: pasó de los vales de Mangoré, a la música popular costarricense, luego al jazz norteamericano, el jaropo y el pasaje venezolano, la cueca chilena y los boleros mexicanos.
El concierto fue una delicia, la interpretación y la energía que le imprimió Rico a la guitarra arrancó muchos aplausos y más de un suspiro a las asistentes.
En resumen, Richard Stover es, en sus propias palabras, un músico que desde hace muchos años tiene un “love affair” con la música latinoamericana.
Cuando apareció en el escenario, su sonrisa cálida nos mostró un carisma y sencillez poco usual. Domina el español y lo habla muy bien, con un acento inglés, por supuesto. Como etnomusicólogo, Rico ha estudiado la obra de Agustín Barrios “Mangoré” y ha escrito un libro sobre él.
Según la definición dada por Rico, él es un intérprete de guitarra clásica, pero no como se concibe en Europa. Allá, el repertorio está lleno de gavotas de Bach u otras composiciones barrocas adaptadas a este instrumento o piezas de músicos españolas escritas para guitarra. Él, por el contrario, concibe la guitarra clásica no por las piezas interpretadas, sino por la técnica usada en la interpretación, en donde el mismo instrumento lleva el acompañamiento, la armonía y la melodía (esto lo dijo en una entrevista radial, la cual espero recordar con precisión)
Para confirmar esta tesis, el programa de la noche estuvo lleno de piezas de su propia creación, junto con las de Mangoré, Mario Chacón, Eriol Garner, Ignacio Figueredo, Atahualpa Yupanqui y Alberto Domínguez. Y los ritmos fueron igual mente variados: pasó de los vales de Mangoré, a la música popular costarricense, luego al jazz norteamericano, el jaropo y el pasaje venezolano, la cueca chilena y los boleros mexicanos.
El concierto fue una delicia, la interpretación y la energía que le imprimió Rico a la guitarra arrancó muchos aplausos y más de un suspiro a las asistentes.
En resumen, Richard Stover es, en sus propias palabras, un músico que desde hace muchos años tiene un “love affair” con la música latinoamericana.
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