Con motivo de la tala de árboles que se hizo en el parque El Espino en las últimas semanas, han aparecido muchas notas en la blogósfera salvadoreña. Unas sostienen que el desarrollo pasa necesariamente por la construcción de mayor cantidad de infraestructura vial. Otros en que debe mantenerse el poco bosque que tenemos y no reducirlo bajo ninguna circunstancia. Si bien estoy más a favor de los segundos, no puedo dejar de entender las razones de los primeros.
Para mí, el problema reside en lo que cada quien entiende por "desarrollo". Y con esa idea en mente, encontré este artículo en Internet. (los realces en negritas son míos).
¿Desarrollo sostenible o sociedad sostenible?
por Leonardo Boff
La reflexión crítica ha creado un amplio convencimiento de que el tan propalado «desarrollo sostenible» en el sistema capitalista (puede ser válido en un sistema localizado) es una trampa que cabe denunciar. La lógica del desarrollo en este sistema imperante contradice la lógica de la sostenibilidad. Es entendido como lineal, ilimitado y se da por supuesto que los recursos de la naturaleza son infinitos.
La sostenibilidad nos avisa de que vivimos en un pequeño planeta, superhabitado, con recursos limitados, algunos renovables y otros no. Si no elaboramos un desarrollo (que necesitamos) bien dosificado y equitativo del cual puedan beneficiarse todos, inclusive los demás miembros de la comunidad de vida a la que pertenecemos, podemos ir al desastre.
Analistas como el premio Nóbel de química Christian de Duve comienza su conocido libro Polvo vital: la vida como imperativo cósmico afirmando que estamos asistiendo a síntomas mundiales que, en épocas anteriores del proceso evolutivo, anunciaron grandes devastaciones que afectaron a la Tierra. Pero con una diferencia, dice: en otros tiempos fueron meteoritos rasantes o cataclismos naturales que devastaron la biósfera. Hoy el meteorito rasante más peligroso se llama ser humano.
Tenemos que cuidar y vigilar este «meteorito» amenazador e imprevisible. La mejor forma de hacerlo es desplazar el eje del desarrollo hacia el eje de la sostenibilidad. Lo importante es que tengamos una sociedad sostenible, que encuentre el desarrollo necesario que garantice la base material de su reproducción haciendo que, de esa forma, el desarrollo participe de esa sostenibilidad. ¿Cómo es la sostenibilidad?
Una sociedad es sostenible cuando se organiza y se comporta de tal forma que, a través de las generaciones, consigue garantizar la vida de sus ciudadanos y de los ecosistemas en los que está inserta. Cuanto más fundada está una sociedad sobre recursos renovables y reciclables, más sostenibilidad manifiesta. Esto no significa que no pueda usar recursos no renovables, pero, al hacerlo, debe hacerlo racionalmente, especialmente por amor a la única Tierra que tenemos, y en solidaridad con las generaciones futuras.
Hay recursos que son abundantes como el carbón, el aluminio y el hierro, con la ventaja de que pueden ser reciclados. Una sociedad sólo puede ser considerada sostenible si ella misma, por su trabajo y producción va haciéndose más y más autónoma. Si hubiera superado niveles agudos de pobreza, o tuviera condiciones para ir disminuyéndola de manera creciente. Si sus ciudadanos estuvieran ocupados en trabajos significativos.
Si hubiera seguridad social garantizada para aquellos que son demasiado jóvenes o ancianos o enfermos y que no pueden ingresar en el mercado de trabajo. Si la igualdad social y política, así como la de género, fuera buscada continuamente. Si la desigualdad económica se redujera a niveles aceptables. Y, finalmente, si sus ciudadanos fueran socialmente participativos y de este modo pudieran hacer concreta y continuamente perfectible la democracia. Según estos criterios, Brasil está lejos todavía de ser una sociedad sostenible.
Tal sociedad sostenible debe plantearse continuamente la pregunta: ¿cuánto bienestar puede ofrecer al mayor número de personas posible con el capital natural y cultural de que dispone? Obviamente esta pregunta supone la sostenibilidad previa del Planeta sin la cual todos los demás proyectos perderían su base y serían inútiles.
Según estas ideas, la sociedad salvadoreña no pretende ser sostenible. Intenta emular, sin ningún éxito, los patrones de consumo de las sociedades del primer mundo. ¿Cuándo cambiaremos nuestra mentalidad y veremos nuestro futuro de manera realista? Y esto no es tarea de los partidos políticos ni del gobierno únicamente. Es necesario ganar conciencia colectiva sobre el tema, determinar las líneas de acción y trabajar seriamente por conseguirlas. De lo contrario, sucederá lo que ya nos anticipa Don O. en este post.
Categoría: Reflexiones, Ecología
Depredar hoy para especular mañana.
ResponderBorrarGracias por el enlace.
"Una sociedad es sostenible cuando se organiza y se comporta de tal forma que, a través de las generaciones, consigue garantizar la vida de sus ciudadanos y de los ecosistemas en los que está inserta"
ResponderBorrarGracias Aldebarán.
Yo tampoco creo que la sociedad salvadoreña sea sostenible en éstos términos al paso que va, tanto es así, que ha debido expular una buena parte de ella para sobrevivir.
Yo también me encuentro como vos, apoyando a los segundos (aunque no sus métodos, pero sí sus razones) y entiendo a los primeros.
Este tema de fortalecer a la sociedad es vital, el problema es ¿quién lo hace, cómo se hace? Hay gente organizada (y que a su vez trabaja organizando gente) que hace lecturas de una realidad inexistente, desde paradignas inviables. Yo me he decepcionado mucho.
Despues de 15 o 20 años de cambios, la sociedad no es la misma y nadie es capaz de hacer una lectura real sobre lo que ha ocurrido.
Para comnezar yo me pregunto: ¿cómo funciona la sociedad salvadoreña de hoy? y no me refiero a ong,s.
Para mí, lo que urge es un proyecto de formación política (no partidaria), más reflexión, diálogo, debate y así se estimulará la participación responsable y seria, así se construye identidad y poder, y de paso buscamos la "sosteniblidad".
De verdad, gracias. Quizá me meta a trabajar un post sobre esto.
Saludos!
Don O:
ResponderBorrarAl contrario, gracias por compartir una cita tan brillante.
Ixquic*:
Me interesaría mucho leer con más detalle lo que piensas sobre el tema. Estoy de acuerdo que falta mayor formación política (sin partidarismos) y también creo que nos falta alguien que tenga la altura moral suficiente como para darnos una suave tunda de conciencia y re-dirigirnos en el camino correcto.
¿Quién puede ser esta persona? No lo sé, pero en cuanto tenga alguna idea, te la comunico.
saludos