Acerca de los incidentes de ayer.

Hoy quiero comentar los disturbios que sucedieron ayer en las cercanías de la Universidad Nacional.

Me entristece mucho la muerte de dos personas en los disturbios. Ambos eran oficiales de policía. Mis respetos para ellos y sus familias.

Entiendo que la falta de un verdadero diálogo político en este país lleve a las protestas callejeras. Sin embargo, estas protestas deberían de ser llevadas a cabo por la gente común y no por quienes se comportan como personas entrenadas ex professo para esta tarea.

La economía nacional ha sufrido golpes fuertes este año a causa de los incrementos en los precios del petróleo. La canasta básica se ha encarecido debido a los incrementos en la tarifa de la energía eléctrica y en el pasaje del transporte colectivo.

Las protestas de ayer eran precisamente contra estas alzas. En realidad, es poco lo que ha podido hacer el gobierno para frenarlas. Tal y como he comentado en otros blogs, el manoseo y vacíos en la reglamentación del mercado eléctrico ha generado un esquema en donde las empresas pueden ofertar con los precios que deseen, sin que haya algún contrapeso legal que se los impida. El tema del transporte público ya lo he comentado antes: necesita una limpia completa, eliminando los focos de corrupción actuales. Por otra parte, en el tema de los hidrocarburos, los precios internacionales del petróleo hacen que sea difícil tener precios baratos de su derivados. Además, el gobierno está respondiendo muy lentamente en el desarrollo de fuentes renovables de energía. Resolver estos problemas conlleva tener "ganas" de hacerlo, así como mecanismos legales para implementarlos.

Así las cosas, las protestas lo único que pueden hacer es poner "presión social" a la olla, pero no pueden resolver los problemas de fondo. Esto se hace a otros niveles.

Todavía encuentro oneroso que sea necesario matar a dos personas para que una protesta popular se considere efectiva. Usar un fusil M-16 para repeler un ataque de la policía antimotines es desproporcionado. Para colmo, refugiarse en el campus de la universidad nacional (UES) agrava la situación.

El señor Presidente culpa al FMLN por los disturbios, lo cual deja mal parado al partido de izquierda. Si éste último acepta que los manifestantes forman parte de sus cuadros, confirma las acusaciones del Ejecutivo. Si se desmarca de los hechos de ayer, es asumir que hay grupos dentro de sus filas sobre los cuales no tiene el control, lo que los muestra como débiles organizativamente. Lo único que falta es que diga es que los grupos que se manifestación ayer no están vinculados en manera alguna al partido. Eso nadie se los creería. El Frente se encuentra, pues, en una posición delicada.

Veamos por el lado de la Universidad Nacional, registrada por la Fiscalía General en busca de armas. No entiendo porqué se insiste en mantener politizada a la UES. La oposición interna al empréstito de veinticinco millones de dólares del BID es exagerada. Los temores a la privatización de la Universidad que expresan los opositores al préstamo han sido desmentidos por las autoridades de la Universidad, por el BID, por el Ejecutivo y por algunos diputados del FMLN incluyendo al difunto Schafik Handal.

Aquí se ha montado la obra de siempre, actuada por los actores de siempre, con los medios de protesta de siempre. Sin embargo, hoy han muerto dos personas. ¿Cuándo vamos a encontrar nuevas maneras de protestar que sean efectivas, racionales y pacíficas? Ya se ha comprobado que los métodos de siempre lo único que hacen es desgastar al país y al partido de izquierda. ¿Cuándo van a comenzar realmente a usar las nuevas "armas" que tienen los partidos políticos en una sociedad democrática? ¿Cuándo dejará el Ejecutivo de hacerse la víctima frente a los problemas económicos para comenzar a buscar alternativas de desarrollo sostenible?

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