8.2.06

El pasado, el presente y el futuro


En el post del 31 de enero pasado, alababa la capacidad de mi amigo de tomar una idea y de ser capaz de planificarla con detalle, a lo largo de varios años. Pone todo su empeño y entusiasmo en el plan, contagia su entusiasmo y entre todas las persona ejecutan el plan. A veces le funciona lo planificado, la mayoría veces las circunstancias lo obligan a hacer pequeños o grandes cambios, desviaciones o finalizaciones anticipadas de los proyectos. La mayoría de las veces, sus planes no son tomados en cuenta.

Platicar con mi amigo me reconforta, me hace dirigir mi mirada más allá del proyecto de corto plazo en el que pueda estar enredado. Luego de platicar con él casi logra convencerme de su idea y de embarcarme con él en su nueva empresa. Algunas personas opinan que mi amigo es demasiado iluso, que hace planes poco realizables o demasiado grandiosos. Otros objetan que intenta cambiar las cosas cuando no es necesario el cambio y que el cambio sólo lleva a modos más complicados de hacer las cosas. Sí, la experiencia indica que hacer planes demasiado detallados y que se proyecten tan lejos en el tiempo es un desperdicio de esfuerzos. Es así como la mayoría de personas prefieren trazar líneas generales, metas anuales y luego ir avanzando según se presenten las cosas.

Quizá para mí, que si bien tengo un trabajo dinámico, estoy ceñido a una rutina con horarios y tareas repetitivas, la visión de largo plazo de mi amigo es un descanso para la mente. Me permite ver más allá de las paredes de la oficina y saber que puede haber un horizontes distinto de la rutina.

El rival de Odyseo, planteó una pregunta que está relacionada con este tema. La pueden encontrar aquí. Qué nos hace felices: ¿un presente con goce o un futuro con sueños?

Algunas filosofías de nueva era intentan fomentar la vivencia del Presente y nos muestra que parte de la angustia del hombre (y de la mujer) moderno es que vive en una tensión constante entre el hoy y el mañana. Esa tensión deviene en ansiedad, estrés y todos los síntomas de la vida moderna. Otros pueden citar a los clásicos latinos con su Carpe Diem: vive el día. Otros recordarán la frase "Bástele a cada día su propio afán".

Todo eso está bien, pero a mí eso en algunos momentos no me basta. Me gusta escuchar a mi amigo entusiasmado, sabiendo que cada uno de los pasos a ejecutar en sus planes tiene un propósito mayor y que esos pequeños pasos lo conducen a un bien mayor.

Algunas personas dirán que vivir en un tiempo fuera del Presente no es sano. Otras, que estar en anclado en el Pasado no es bueno. Más allá dirán que vivir angustiado en el futuro es inútil o que vivir el presente como si no existiera un mañana es vivir la vida demasiado de prisa

No puedo dar una respuesta adecuada. Ni siquiera puedo decir qué combinación pasado-presente-futuro es mejor para mí. Si alguien ya encontró la suya, lo invitaría a compartirla en este espacio. De antemano les advierto, que dado que las experiencias vividas son intransferibles de persona a persona, cada combinación es única para cada persona de este planeta.

¡Se me olvidaba! Estas divagaciones sobre la tensión entre pasado, presente y futuro ya fueron planteadas antes (y de mejor manera) por SilvioR en su canción "Fábula de los tres hermanos" cuya letra pueden encontar aquí


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Un poco de historia:
Hace un año, me enfrenté con un post de la Chica con Falda Roja. Mi rechazo a tales hechos sigue en pie.

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