Una de las tantas consecuencias de que Rafael estuviese fuera de línea por tres meses es que faltaba alguien con quien chatear sobre los diversos temas de nuestra realidad municipal, perdón, nacional.
Uno de esos tópicos trata sobre la conveniencia de que elementos de la Fuerza Armada patrullen junto a uno o dos policías nacionales civiles, como una forma de combatir la ola de violencia que golpea nuestro país desde hace varios años.
Curiosamente, el FMLN, el actual partido en el gobierno, cuando era oposición objetó muchas veces esa medida tomada por el entonces partido en el gobierno. La razón era que los militares no están adiestrados para ejecutar labores de seguridad pública, sino para la seguridad nacional. Al llegar al poder en junio de este año, el partido izquierdista implementó esa misma medida. Parece no es lo mismo criticar desde la llanura que desde la silla presidencial.
Ya hubo una propuesta del Rector de la Universidad Centroamericana para "re-convertir" a la mitad de los efectivos del ejército, mediante un decreto temporal que permitiría un adiestramiento rápido de seis meses y así inyectar nuevos efectivos a la Policía Nacional Civil (PNC). Por supuesto, esta iniciativa cayó en el olvido, pues entre otras cosas implicaba trasladar una parte del presupuesto dedicado a Defensa a la PNC.
Yo no estoy a favor de la presencia militar en nuestras calles. Incluso ya comenzaron a presentarse quejas ante el Procurador de Derechos Humanos por violaciones a los DDHH ejecutadas por miembros del ejército a pandilleros, quienes fueron interrogados en predios baldíos, golpeándolos en diferentes partes del cuerpo. Alguien podrá pensar que estos pandilleros se merecen este trato. Cada quien puede tener su opinión al respecto. Lo que sí me queda claro es que nuestra Sociedad no se merece regresar a los tiempos en donde la seguridad pública era manejada en base a la represión, a la tortura, a golpes de culata e interrogatorios en lugares clandestinos.
Recuerdo un comentario en el Diario Colatino a principios del año 2005 (lástima que perdí la referencia textual) en donde un señor opinaba sobre la educación del Instituto Nacional Francisco Menéndez (INFRAMEN), principal centro de enseñanza a nivel medio del país. En esa nota el autor recordaba cómo en las décadas pasadas, la educación basada en el régimen militar lograba domar a los alumnos más rebeldes y mantenía la disciplina en todo el recinto. No estoy de acuerdo en que esos métodos sean los mejores ni los recomendados para forjar a la juventud. Técnicas como el castigo físico como correr veinte veces alrededor de una cancha de fútbol, mantener de plantón con las manos arriba por una hora o ejecutar cien pechadas (push-ups) o abusos verbales no garantizan la corrección conductual de un alumno.
Esto me deja claro que hay personas que extrañan la fuerte presencia de la fuerza armada en la vida nacional. No obstante, me asombró la fotografía de portada de LPG del día 5 de noviembre de este año, en donde nos informaban que 2,500 militares colaborarían en el patrullaje contra la delincuencia
Me perturbó el grafito religioso del fondo a la derecha. Y es que a veces le busco cinco pies al gato, sabiendo que tiene cuatro.
Actualización al 19.12.09
Según leo en el blog de Ixquic hay elementos del ejército acusados de matar a un civil sin causa que lo justifique.
Categoría: Reflexiones, Política, Violencia, Derechos Humanos
Uno de esos tópicos trata sobre la conveniencia de que elementos de la Fuerza Armada patrullen junto a uno o dos policías nacionales civiles, como una forma de combatir la ola de violencia que golpea nuestro país desde hace varios años.
Curiosamente, el FMLN, el actual partido en el gobierno, cuando era oposición objetó muchas veces esa medida tomada por el entonces partido en el gobierno. La razón era que los militares no están adiestrados para ejecutar labores de seguridad pública, sino para la seguridad nacional. Al llegar al poder en junio de este año, el partido izquierdista implementó esa misma medida. Parece no es lo mismo criticar desde la llanura que desde la silla presidencial.
Ya hubo una propuesta del Rector de la Universidad Centroamericana para "re-convertir" a la mitad de los efectivos del ejército, mediante un decreto temporal que permitiría un adiestramiento rápido de seis meses y así inyectar nuevos efectivos a la Policía Nacional Civil (PNC). Por supuesto, esta iniciativa cayó en el olvido, pues entre otras cosas implicaba trasladar una parte del presupuesto dedicado a Defensa a la PNC.
Yo no estoy a favor de la presencia militar en nuestras calles. Incluso ya comenzaron a presentarse quejas ante el Procurador de Derechos Humanos por violaciones a los DDHH ejecutadas por miembros del ejército a pandilleros, quienes fueron interrogados en predios baldíos, golpeándolos en diferentes partes del cuerpo. Alguien podrá pensar que estos pandilleros se merecen este trato. Cada quien puede tener su opinión al respecto. Lo que sí me queda claro es que nuestra Sociedad no se merece regresar a los tiempos en donde la seguridad pública era manejada en base a la represión, a la tortura, a golpes de culata e interrogatorios en lugares clandestinos.
Recuerdo un comentario en el Diario Colatino a principios del año 2005 (lástima que perdí la referencia textual) en donde un señor opinaba sobre la educación del Instituto Nacional Francisco Menéndez (INFRAMEN), principal centro de enseñanza a nivel medio del país. En esa nota el autor recordaba cómo en las décadas pasadas, la educación basada en el régimen militar lograba domar a los alumnos más rebeldes y mantenía la disciplina en todo el recinto. No estoy de acuerdo en que esos métodos sean los mejores ni los recomendados para forjar a la juventud. Técnicas como el castigo físico como correr veinte veces alrededor de una cancha de fútbol, mantener de plantón con las manos arriba por una hora o ejecutar cien pechadas (push-ups) o abusos verbales no garantizan la corrección conductual de un alumno.
Esto me deja claro que hay personas que extrañan la fuerte presencia de la fuerza armada en la vida nacional. No obstante, me asombró la fotografía de portada de LPG del día 5 de noviembre de este año, en donde nos informaban que 2,500 militares colaborarían en el patrullaje contra la delincuencia
Foto de Óscar Leiva, publicada en LPG
Me perturbó el grafito religioso del fondo a la derecha. Y es que a veces le busco cinco pies al gato, sabiendo que tiene cuatro.
Actualización al 19.12.09
Según leo en el blog de Ixquic hay elementos del ejército acusados de matar a un civil sin causa que lo justifique.
Categoría: Reflexiones, Política, Violencia, Derechos Humanos
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