Han pasado diez años desde la violación y asesinato de la niña Katya Natalia Miranda Jiménez, ocurrido en esta misma fecha. Para quienes no conozcan mucho del caso, pueden hallar más información en el sitio del IDHUCA sobre el caso
Si se le pregunta a las personas como reaccionarían si tal cosa le pasara a una hija, sobrina o nieta, mucha gente contestaría que, una vez identificado al agresor, procederían golpearlo, herirlo o asesinarlo con cualquier medio que estuviera a su alcance. Incluso personas que no manifiestan comúnmente reacciones violentas les parece justo, que, cuando el violador llega a la cárcel, sea violado por otros internos. Este tipo de respuestas son un reflejo violento de la frustración y el dolor que causa en las personas este tipo de crímenes aberrantes.
El caso ha dejado en entredicho a los sistema judicial y policial y siembra más dudas en el de partidos políticos. El gobierno, a través de diferentes entidades ha demostrado sordera ante el clamor ciudadano de justicia en contra de los abusadores y asesinos de menores. Tanto así que se ha convertido en algo emblemático para quienes buscan justicia en El Salvador.
Ahora, faltando pocas semanas para estos diez años, el Fiscal General ha re-abierto el caso, capturando nuevamente al abuelo de Katya y a otras personas más. No puedo establecer las motivaciones del Fiscal para actuar tan rápidamente cuando ya falta poco para que termine el período para el cual fue elegido. Sólo espero que esta vez sí se llegue a conocer la verdad sobre el mismo y se encuentren y juzguen a los culpables.
Este día se celebrará una misa en el colegio donde estudiaba la pequeña Katya. La invitación pueden leerla acá en el blog de Ixquic*
Nuestra sociedad, nuestro sistema judicial necesita sanar la herida que mantiene abierta el caso de Katya. Este caso debe ser el primero de los muchos que tendrán que ser llevados ante la justicia. No podemos tolerar que se sigan guardando bajo el tapete este tipo de crímenes.
Sólo así Katya, su madre y su hermana tendrán descanso y todos los demás podremos respirar tranquilos sin contener nuestra rabia.
Categoría: Violencia, Muerte, Abuso de menores, Justicia
Si se le pregunta a las personas como reaccionarían si tal cosa le pasara a una hija, sobrina o nieta, mucha gente contestaría que, una vez identificado al agresor, procederían golpearlo, herirlo o asesinarlo con cualquier medio que estuviera a su alcance. Incluso personas que no manifiestan comúnmente reacciones violentas les parece justo, que, cuando el violador llega a la cárcel, sea violado por otros internos. Este tipo de respuestas son un reflejo violento de la frustración y el dolor que causa en las personas este tipo de crímenes aberrantes.
El caso ha dejado en entredicho a los sistema judicial y policial y siembra más dudas en el de partidos políticos. El gobierno, a través de diferentes entidades ha demostrado sordera ante el clamor ciudadano de justicia en contra de los abusadores y asesinos de menores. Tanto así que se ha convertido en algo emblemático para quienes buscan justicia en El Salvador.
Ahora, faltando pocas semanas para estos diez años, el Fiscal General ha re-abierto el caso, capturando nuevamente al abuelo de Katya y a otras personas más. No puedo establecer las motivaciones del Fiscal para actuar tan rápidamente cuando ya falta poco para que termine el período para el cual fue elegido. Sólo espero que esta vez sí se llegue a conocer la verdad sobre el mismo y se encuentren y juzguen a los culpables.
Este día se celebrará una misa en el colegio donde estudiaba la pequeña Katya. La invitación pueden leerla acá en el blog de Ixquic*
Nuestra sociedad, nuestro sistema judicial necesita sanar la herida que mantiene abierta el caso de Katya. Este caso debe ser el primero de los muchos que tendrán que ser llevados ante la justicia. No podemos tolerar que se sigan guardando bajo el tapete este tipo de crímenes.
Sólo así Katya, su madre y su hermana tendrán descanso y todos los demás podremos respirar tranquilos sin contener nuestra rabia.
Categoría: Violencia, Muerte, Abuso de menores, Justicia
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