Este domingo se celebra en ES el día del maestro. Quiero recordar en este día a todas las personas que han contribuido a mi formación (sea esta académica o no) Todos ellos me enseñaron cosas, ya sea de palabra, de hecho, a veces con un simple gesto. Por supuesto, muchos de esos ejemplos fueron positivos, pero también aprendí de las cosas negativas. Aprendí que mis profesores eran seres humanos, con limitaciones, pero a los que siempre había que tenerles respeto, incluso cuando llegaba el momento de disentir en alguna opinión o procedimiento.
Dentro de este grupo de personas hay quienes siguen estando en mi vida, pues sigo aprendiendo día a día, pero hay personas de las que aprendo mucho más, sea sobre poesía, sobre literatura, sobre las realidades, verdades o tristezas de la vida. Siempre hay alguien que está a la par mía y que me indica "por ahí no" o "me parece que esa es la mejor ruta" y les agradezco por ello.
A pesar de todo esto, no puedo olvidarme de las personas que han hecho de su carrera en la vida la docencia, sobre todo en el área de educación básica, ya sea en el sector público o privado. De todas ellas, las que trabajan en el sector público son las que tienen más cosas en contra, adversidades. Tampoco puedo generalizar. Los profesores del área rural tienen dificultades diferentes a los de la ciudad o pueblo grande. En las escuelas los recursos siempre son escasos, las instalaciones siempre son inadecuadas y falta el material didáctico necesario para que los alumnos aprendan lo necesario. En la ciudad, los profesores se enfrentan carencias similares a los del campo, pero con menos gravedad. Durante este último año, me ha sorprendido las situaciones a las que se enfrentan estos maestros.
- Son protegidos por los miembros de las pandillas (maras). Les avisan por dónde es seguro caminar o por dónde deben evitar circular ese día.
- Son extorsionados por las pandillas, cobrándoles una "renta" diaria, semanal o mensual para que puedan asistir a su escuela o colegio. En algunos lugares, para colmo, piden la planilla de sueldos y distribuyen la renta proporcionalmente al ingreso de cada maestro
- Miran, sin poder hacer nada para remediarlo, como los jóvenes de las pandillas usan a niños como correos para movilizar la droga. Así, cuando la policía detiene a los pandilleros para la revisión no les encuentran nada de mercancía.
- Docentes a quienes les pagan el salario "mínimo", como si su trabajo pudiera compararse con cualquier otro. A ver, intente alguien mantener la disciplina, transmitir valores y conocimientos a un grupo de cuarenta educandos, durante cinco horas. de lunes a viernes, por nueve meses. ¿Acaso eso se paga con el salario mínimo?
Si, esos maestros podrían buscar otro trabajo. Algunos lo hacen, otros no. No importa, de todos modos, se necesita personal que cubra esas plazas. Mis respetos y felicitaciones para quienes, con viento en contra, dejando parte de su vida en el esfuerzo, intentan y logran educar mejor a la niñez y juventud de este planeta.
Categoría: Reflexiones, Educación
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