31.12.06

Las festitivades y los libros


Leyendo esta nota de Tomás Eloy Martínez, recordé el momento cuando, en una fiesta familiar, me regalaron mi primer libro "infantil" que no era de cuentos. Creo que devoré un poco más de la mitad antes de que concluyera la tarde y lo disfruté mucho.



Opinión
Sábado 23 de Diciembre de 2006


Un niño entre el circo y los libros

La imaginación ayuda a ser feliz en Navidad


Dos regalos de Navidad nunca se han borrado de mis memorias de infancia: el circo y los libros. El circo era la única distracción posible en Tucumán los 25 de diciembre, cuando un sol húmedo de cuarenta grados caía sobre la ciudad indefensa. Los cines y las confiterías cerraban sus persianas y nadie osaba salir a la calle. Pero el circo, que no podía permitirse el lujo del descanso, abría sus puertas de lona a las nueve de la noche aunque hubiera temblores, tempestades o fiestas nacionales.

Ya ni me acuerdo de quién me regalaba en las Navidades la infaltable entrada para el circo. Sólo recuerdo la carpa desarrapada que se alzaba tras un cerco de guirnaldas en las tierras bajas de la ciudad y las piruetas predestinadas al fracaso de unos perros muy flacos, sin pelos -perros que sólo he visto en las tierras calientes-, después de las cuales comenzaba lo que en verdad era para mí el circo de entonces: una obra de teatro.

El repertorio cambiaba todos los días, pero la escenografía y los actores eran siempre los mismos. Los árboles mueren de pie de las Navidades eran El rosal de las ruinas del Año Nuevo, y El puñal de los troveros de fines de noviembre se convertía en las Bodas de sangre de mediados de marzo. Tampoco la música, hasta donde recuerdo, variaba. El trombón y los dos violines de la precaria orquesta repetían en monótona sucesión la Danza de las horas, de Amilcare Ponchielli, la obertura de Guillermo Tell y el movimiento lento de la sinfonía en re menor de César Franck. Las representaciones teatrales terminaban siempre con alguna muerte trágica, el auditorio lloraba al unísono y, al cabo de un rato, los actores componían un cuadro vivo que los mostraba a todos en el cielo, sudando a mares bajo una lámpara de doscientos vatios.

Sé que ninguno de los dramones representados en el circo respetaba los textos tal como habían sido escritos. Romeo y Julieta no vivían en Verona, sino en Roma, porque así lo anunciaba el cartelón con el que empezaba la obra. Julieta moría tísica, como la dama de las camelias, y no suicidándose con una daga, como en la tragedia de Shakespeare. Romeo, en cambio, no moría. Ciego de dolor, se encaminaba al palacio de los Capuleto -que era un armario de cocina- y allí degollaba a todos los parientes y a la servidumbre de su amada.

De esas violaciones a los textos originales, que eran también transfiguraciones de lo real, nació el deseo de ser alguna vez un escritor. Pero ese deseo nació también de dos libros que fueron regalos de Navidad.

Tendría yo once o trece años, cuando un arquitecto italiano que pasó por Tucumán dejó en manos de mi padre uno de los mejores libros que existen en este mundo. Es una obra rara, que reproduce las estampas devotas pintadas a mano, hace casi seis siglos, por orden del duque Jean de Berry. En verdad tampoco es un libro sino dos: el primero, elaborado entre 1409 y 1412 por tres célebres miniaturistas flamencos -los hermanos Limbourg-, ha pasado a la historia con el título de Las bellas horas; el segundo, que data de 1413 a 1416, se llama Las muy magníficas horas (Les très riches heures). El volumen que le dieron a mi padre era este último.

Pasé varios meses encandilado con las figuras de oro y los cielos azul Francia que estimulaban la piedad del duque de Berry. Cada lámina refleja algunas de las historias de la Biblia. Pero, como en el circo de mis navidades anteriores, lo que cuentan es una transfiguración (o, si se prefiere, una traición) de los textos originales.

Dos ejemplos lo prueban: la Galilea pintada por los hermanos Limbourg es una sucesión de torres flamencas y castillos góticos a orillas de ríos inmaculados. La Virgen está siempre vestida de terciopelo, como Genoveva de Brabante, y el día en que presenta a Jesús en el templo la reciben cuatro arzobispos de cabeza tonsurada, en el atrio de una basílica que se parece a Nuestra Señora de París. Esos maravillosos anacronismos de la imaginación cristiana me parecían, en aquel tiempo, la quintaesencia de la verdad, a tal punto que, cuando visité Jerusalén por primera vez, muchos años más tarde, pensé que me había confundido de ciudad. Nada de lo que veía se asemejaba a Las muy magníficas horas del duque de Berry y yo prefería creer que la realidad me estaba mintiendo, no el libro.

La noche de Navidad de mis quince años mi padre me dejó aquel ejemplar bajo la almohada, con un mensaje que decía tan sólo: "Ahora es tuyo". No sé qué se hizo del ejemplar, pero el mensaje todavía viaja conmigo de un lado a otro.

El más inolvidable de los regalos fue, sin embargo, el que me hicieron al año siguiente. Yo había comenzado a leer con frenesí las ficciones de Julio Verne y, entre Dos años de vacaciones y Un capitán de quince años, fui a dar, no sé cómo, en Los tres mosqueteros, de Alejandro Dumas. Sucumbí a uno de esos deslumbramientos que sólo se curan con otro libro aún mejor. Los héroes de Verne me habían acostumbrado a un mundo plano, donde el mal y el bien son previsibles. La Milady y el Richeleu de Dumas me revelaron, en cambio, que nada es como parece.

Cuando llegó la Navidad y mis padres me preguntaron qué quería que me regalaran, les contesté sin pensarlo dos veces: otro libro de Alejandro Dumas. Supuse que elegirían Veinte años después. Me dieron, en cambio, los tres tomos de El conde de Montecristo. No podían haber pensado en algo mejor. He leído más de seis veces esa novela de mil doscientas páginas, y creo que la razón secreta por la que aprendí francés a los diecisiete años fue para poder leerla de nuevo con las mismas palabras con que Dumas y su colaborador, Auguste Maquet, la habían escrito entre 1844 y 1845.

Nunca fue, sin embargo, igual a la primera vez. Aún me veo a mí mismo la víspera de aquel año nuevo con El conde de Montecristo, yendo de un lado a otro por la casa de grandes patios sin poder apartar los ojos de las páginas. Me recuerdo avasallado por pasiones humanas que jamás se han alzado con tanta intensidad como en ese libro. Admiraba el perfecto afán de venganza de Edmond Dantès, que espera media vida pudriéndose en la prisión de If para salir de allí no muerto, sino envuelto en la mortaja de los condenados. No hay parábola tan perfecta como la de Dantès. Al regresar a su ser, recuerda que tres hombres han contribuido a su caída: uno por celos, otro por ambición y el tercero por rivalidad amorosa. Convertido en Montecristo, Dantès se venga de ellos sumiéndolos en la ruina, en la locura y en la muerte. La estructura es impecable y, siglo y medio después, no ha envejecido, a pesar de los embates de la televisión argentina. Volví a leer el libro hace dos navidades y pienso leerlo de nuevo la Navidad que viene. Ni una sola vez me ha defraudado.

Otras novelas únicas llegaron a mis manos en esas curvas del fin de año. La adolescencia me deparó El proceso, de Kafka; La montaña mágica, de Thomas Mann; Luz de agosto, de Faulkner, y La vida breve, de Onetti; en la primera juventud descubrí a Joyce, a Flaubert, a Borges. Ninguna de esas definitivas experiencias de lectura ha sido comparable, sin embargo, a mi encuentro de amor con El conde de Montecristo.

Cada vez que llegan los fines de año, no puedo apartar de mí el recuerdo de los circos, donde Julieta moría como Margarita Gautier, ni las imágenes fulminantes de Montecristo regresando a Marsella con la venganza en el alma. Para cada ser humano de esta orilla del mundo, la Navidad significa algo diferente: familia, regalos, desvelos. Para mí, siempre ha sido un gran relato. Y en eso, creo, reside su felicidad.

Por Tomás Eloy Martínez
El País


http://www.lanacion.com.ar/opinion/nota.asp?nota_id=869853
LA NACION | 23.12.2006 | Página 1 | Opinión

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¿Tiene alguien allá afuera alguna experiencia similar?

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Un mapa solar


Revisando información sobre la generación fotovoltaica, me encontré con esta página con las tarjetas de navidad que ha enviado Matthias Loster en los últimos años. Me llama la atención la del año 2005, que muestra los requerimientos de superficie para la generación de energía.


Si se instalaran sistemas fotovoltaicos en las áreas definidas por los discos oscuros, se podría generar un poco más de demanda mundial total de energía primaria (asumiendo una eficiencia de conversión del 8%) Esto es, toda la energía consumida actualmente en el planeta, incluyendo calor, electricidad, combustibles fósiles etc, puede ser producidas en forma de electricidad por medio de celdas solares. Los colores en el mapa muestran el promedio de la irradiancia solar local muestreada a lo largo de tres años desde 1991 a 1993 (24 horas por día) tomando en cuenta la cobertura por nubosidad disponible a través de los satélites meteorológicos.(*)


Según el cálculo mostrado en la página, se necesitaría una superficie de 910,019 kilómetros cuadrados para generar esa cantidad de energía.

A priori, el proyecto presenta las siguientes desventajas

  • El costo de instalación sigue siendo muy caro
  • El porcentaje de eficiencia es bajo comparado con otras formas de utilización de energía. Si bien se han creado células fotovoltaicas con eficiencias cercanas al 40%, están todavía en fase experimental y su costo debe ser más alto.
  • La energía eléctrica no necesariamente es la forma más eficiente para satisfacer las necesidades de la población
  • El problema del transporte y distribución de toda esa energía concentrada únicamente en esos puntos del planeta.

No obstante, parece quedar demostrado que podemos ir migrando en forma progresiva del uso de recursos que no son renovables hacia otros que sí lo son. Otra cosa que me llama la atención es que para este proyecto puede echarse mano de sitios que en apariencia son "inútiles" para otras actividades, como los desiertos.

Por supuesto, la idea mostrada no es práctica, pero plantea con seriedad la capacidad que tenemos para obtenerla a través de recursos hasta ahora alternativos.

(*) el pie de imagen es una traducción libre del original en inglés.


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Solución sopa de letras de la semana antepasada.


Esta es la solución de la sopa de letras de la semana antepasada.



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Solución al crucigrama de la semana antepasada.

Para las personas interesadas, esta es la solución al crucigrama de la semana antepasada.




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Nota número quinientos uno


Luego de una semana pesada en el trabajo, de respaldar la información en la computadora de la casa, luego proceder a formatear su disco duro y trabajar para que el paquete "básico" de programas estuviera en condiciones de usarse, por fin he vuelto a ver la bitácora. Encontré dos sorpresas: la primera que me había equivocado en el contenido del último post (el cual ya corregí) y la segunda es que esa misma nota fue la número quinientos de este espacio.

Entre crucigramas, sopas de letras, ideas raras, post que me han gustado (y otros que no tanto) ya llevo quinientas entradas. Sé que no es mucho, si me comparo con Zirbêth o con Blue, pero es un buen hito para mí.

Para finalizar el año, publicaré algunas cosas que se han ido quedando en el tintero. Siempre es bueno limpiar el escritorio antes de comenzar una nueva tarea.

22.12.06

Acteal


Bueno, ya sé que en estas épocas sólo tendría que hablarse de cosas bonitas, felices que nos alegren y nos animen. Que sólo tendríamos que pensar en hacer el bien a los demás, a los más cercanos.

Pues eso no fue lo que pensaron los paramilitares que llevaron a cabo la Masacre de Acteal, un día como hoy de 1997. Ya son nueve años y aún recuerdo el nudo que se me hizo en el corazón cuando me enteré del hecho.

Adenda al 30 de diciembre de 2006, a las 23:10 horas.
Por una equivocación involuntaria, escribí que grupos militares llevaron a cabo la matanza, cuando en realidad la realizaron paramilitares. Mil disculpas.

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20.12.06

Nuevos programas para memoria USB


Ya comenté antes sobre los programas que pueden ser corridos directamente desde una memoria USB. Ahora, el sitio de Portable Apps (cuyo enlace está en la barra lateral) ha creado una "suite" aplicaciones gratuitas que pueden ser invocadas desde un menú integrado. Además, es posible añadir otras aplicaciones al menú o eliminarlas de él.

Una gran idea para quienes van de sitio en sitio, aprovechando los momentos libres para seguir trabajando.

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19.12.06

Hipocresía de nuestros políticos


Leo en esta noticia que el partido de izquierda FMLN ha eliminado las elecciones internas para escoger a los candidatos de elección popular. A mí me parece un retroceso en la dinámica del partido, pero al final, ellos son los que se la juegan. Eso de cerrar los espacios de consenso y regresar al esquema verticalista y centralista, en el cual la cúpula decide y la base de la pirámide únicamente cumple órdenes ciegamente, me parece que funciona únicamente en instituciones arcaicas (como el Partido comunista ruso, el ejército salvadoreño y otras tantas). En fin, esa es mi opinión, la de alguien que no juega a la política partidista diariamente.

Ahora resulta que los políticos derechistas del partido oficialista y del partido "de las manitas" lamentan que se hayan cerrado los espacios democráticos en el FMLN. Es decir, pasa lo de siempre: criticamos lo que pasa en el jardín ajeno, sin percatarnos de la maleza que abunda en el nuestro. ¿Cómo se les ocurre decir eso, cuando en esos institutos políticos los candidatos siempre han sido productos del "dedazo" de las directivas departamentales o nacionales? ¿A quien creen que engañan?

Políticos ¿Adónde podemos exiliarlos para que no hagan más daño?

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18.12.06

Sopa de letras 18 de diciembre


En la sopa de letras de este día, están revueltos veintiún nombres de países.



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Crucigrama 18 de diciembre de 2006


Esta es mi propuesta para el crucigrama de esta semana.





Horizontal:

1. Próximo. contiguo. colindante

3. Ébano

6. Cántico en honor de una divinidad

9. Culata de la escopeta

10. Moneda europea de cuenta

11. Imagen fotográfica con colores invertidos

13. Macizo de Níger

15. Que puede servir

16. Cerveza inglesa ligera

18. Hoz para segar

20. Graba con buril o cincel

23. Maderos a ambos lados del buque

24. Renunciar a derechos, ventajas, opiniones

25. Suspensión del trabajo industrial

26. Poema lírico que se celebraba

29. Sufijo: tumor

31. Aceptar la herencia

34. Una de las colinas de Jerusalén

35. Enfermedad intestinal

37. Rodillos del pelo o del cabello

38. Lanza o pica antigua romana

40. Destierre

42. Período inconmensurable

44. Familiarmente ómnibus

45. Fundador del imperio Persa

47. Alimento (en general)

50. Impar

51. Grupo de objetos que se venden juntos

53. Imagen religiosa de los ortodoxos

54. Labrar en hueco el metal

58. Cambiar de rumbo

59. Esclava de Abraham

60. Panadizo

61. Percibir los olores

62. Hombre fuerte y valiente

64. Disposición o maña

65. Relativo al tono

66. Barro fino

67. Señalar

Vertical:

1.Superficie

2.Nombre que se dan a sí mismo los esquimales

3.Desgracia imprevista

4.Junta. enlaza una cosa con otra

5.Poderoso explosivo

7.Ebrio

8.Conductor de elefantes

12.Conjunto de hechos memorables

13.Colina o collado

14.Ladrón

17.Magistrado romano

19.Acusado. culpado

21.En Grecia. ciudad-estado

22.Cierto bandido ahorcado por Hércules

23.Fardos grandes

27.Vaso místico que se dice sirvió a Cristo

28.Síncopa de Su Señoría

30.Bebida sin fuerza ni sustancia.

32.Número dígito

33.Nombre biológico del hombre

36.Examen de una porción de tejido

39.Caucho endurecido

41.La primera mujer según los fenicios

43.Patriarca hebreo de las razas humanas

46.Metal precioso

48.Mito. gigante

49.Perdonar una pena

51.Barroso. cenagoso

52.En hebreo. Dios mío

55.Instrumento musical de cuerdas

56.Habitante de Sérica

57.Cosa mínima (poca cantidad)

58.Poner el visto bueno en un documento

62.Juntamente

63.Taza redonda




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12.12.06

Solución sopa de letras 4 de diciembre


Esta es la solución de la sopa de letras de la semana pasada.



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Solución crucigrama 4 de diciembre


Para las personas interesadas, esta es la solución al crucigrama de la semana pasada.



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10.12.06

Entrevista a Mario Benedetti.

Este día apareció en La Nación una entrevista hecha por Marcela Escobar al poeta uruguayo Mario Benedetti.

Lean la entrevista.

Revista
Domingo 10 de Diciembre de 2006

Entrevista / Mario Benedetti

El hombre que está solo y escribe

Fijó su residencia definitiva en Montevideo, obligado por la enfermedad de Luz, su esposa. El regreso a su país de origen trajo, en abril de este año, la muerte de la mujer a la que amó por seis décadas. Pese a la tristeza, el uruguayo sigue escribiendo. "Cuando me dejan", confiesa



La intersección de Zelmar Michelini con 18 de Julio está en el corazón de Montevideo, una ciudad capital habitada por apenas 1.400.000 personas. Todo parece hecho a escala humana: abundan las pastelerías y los almacenes pequeños, no hay congestionamientos de tránsito y tampoco predominan los edificios ultramodernos, sino la arquitectura antigua de estilo europeo. En esta esquina, una tienda de telas vende toallas y cortinas en oferta. Al frente, la librería Puro Verso reúne en la parte más alta de su estantería la obra de Mario Benedetti, el máximo exponente vivo de las letras uruguayas.

Benedetti vive justamente en esa esquina, en el séptimo piso de un edificio de departamentos. Aunque dice que hasta hace poco los médicos no lo dejaban salir a la calle, el conserje sabe perfectamente quién es el hombre que vive en el 702.

-¿Vas donde Mario?, inquiere, severo, antes de dar las instrucciones para manipular el viejo ascensor.

Benedetti no está solo, pero está solo. Por estos días cuenta con la compañía de su hermano Raúl y de su secretario, Ariel Silva, que se encarga de las entrevistas, los libros, los compromisos. Pero desde que Luz López, su esposa, murió, el 13 de abril pasado, Benedetti se ha recluido. Buscó refugio en sus poemas, y también en ese departamento al que regresó cuando la enfermedad de su mujer no dio más treguas.

Benedetti tiene 86 años y les ha ganado la pelea a los achaques. Los médicos lo han autorizado a salir a la calle, con el compromiso de que camine. Allí, en el tranquilo centro de Montevideo, la empresa no sería difícil si no se tratara de una celebridad literaria como él.

-¿Se siente cómodo al vivir en el centro?

-A mí me gusta mucho el centro. A mi hermano le gusta más la costa, Pocitos. Pero yo me siento cómodo acá.

-Pero es fácil que lo reconozcan en la calle. Imagino que si sale tiene dificultades.

-Sí, tengo problemas, sobre todo para salir por la 18 de Julio, que es la avenida principal. Ya ni salgo ahí. Me piden autógrafos; a veces muchachas lindas me piden besos. Esa es la parte buena. Vamos a ver si cuando entre más el verano me voy a caminar a la costa, a la rambla. Para que sea provechoso, tiene que ser con paso regular. Acá estoy parando a cada rato.

Aquello no se aplica a su labor literaria, porque Benedetti no para de escribir. Sumando novelas, libros de cuentos y de poesía, obras de teatro, ensayos, críticas literarias, canciones y antologías, el uruguayo ha publicado 89 libros, más de 1200 ediciones traducidas a más de 25 idiomas. Luego de que el sello Seix Barral reeditó en 2006 el tercer volumen de su obra poética completa, Inventario tres, el autor publicó en septiembre un nuevo compendio de poemas, llamado Canciones del que no canta. Es su primer libro, luego de la muerte de Luz, y su recuerdo cruza irremediablemente buena parte de los versos. A estas alturas, Benedetti parece haber escrito sobre todo el amor, el humor, la fe, la política; sin embargo, no se detiene. La literatura sigue siendo su refugio final.

Alma sola

Nacido en la ciudad uruguaya de Paso de los Toros, en septiembre de 1920, Benedetti fue bautizado Mario Orlando Brenno Hardy Hamlet. Antes de comenzar a escribir se ganó la vida como taquígrafo, y trabajó por quince años en una inmobiliaria. Muchos de sus textos retratan, justamente, la rutina del oficinista de clase media, y también el dolor del exilio. Ha sido galardonado por Amnistía Internacional con la Llama de Oro; recibió el premio Internacional Menéndez Pelayo y el Reina Sofía, entre otros. Su libro más vendido es la novela La tregua, y los versos de sus poemas Táctica y estrategia y Te quiero convertidos en canción forman parte de la memoria colectiva latinoamericana.

El departamento es soleado y cálido, lo que le permite al escritor vestir una camisa de manga corta, un suéter y un pantalón livianos, y zapatillas. En las paredes, por todas partes, abundan libros. Más allá está su escritorio. Es el escritorio de un hombre ocupado: lleno de papeles.

-¿Cómo consigue mantenerse vigente?

-Yo escribo lo que me va saliendo de adentro. Por lo menos me mantengo vigente con los lectores, que eso es muy estimulante para mí, sobre todo cuando son jóvenes. Como siempre, mi literatura ha estado muy influida por la realidad. A medida que la realidad ha ido cambiando, a veces también ha ido cambiando mi literatura en sus temas, pero no en el enfoque de la realidad.

-¿Tiene una rutina diaria de escritura?

-Escribo cuando me dejan. Estoy muy acosado por entrevistas, cuestionarios, gente que me manda sus libros para que opine sobre ellos. A veces, aunque no esté escribiendo estoy elucubrando algún tema. Pero cada vez me resulta más difícil encontrar temas para poemas que no haya tratado ya. No quiero repetirme. Me cuesta más encontrar los temas que el poema mismo.

-Debe ser difícil recibir manuscritos de quienes, probablemente, lo admiran, y esperan que usted los aliente.

-No siempre los libros son para alentar. A veces no contesto, y otras veces digo lo que me parece que está bien y lo que me parece que no está tan bien. Tratando de serles útil. Pero bueno, cada uno sabe qué hacer con los consejos ajenos. Generalmente es gente joven, aunque de vez en cuando algún veterano me manda sus cosas.

-¿Siente que la literatura puede ser, todavía, una forma de resistencia?

-La literatura no tiene influencia sobre los gobernantes en general, pero sí sobre los pueblos. Es importante que la literatura pueda servir para aclararle cosas a la gente. Ya eso es suficiente como mérito.

-Con la tecnología, ¿cómo se lleva?

-He escrito siempre y sigo escribiendo a mano, en unas libretas chicas. Después lo paso a la computadora. Me es muy útil, no sólo porque después se imprime, sino porque viendo el texto en la letra impresa le descubro errores que no había visto en el manuscrito. A veces vuelvo a hacer correcciones en la computadora y a copiarlo otra vez. Un poema, antes de que pase a integrar el libro, lo he copiado cuatro o cinco veces de la computadora. A veces también lo doy a leer. A muy poca gente, de confianza. Ariel, que es mi secretario, es un muy buen juez, y muchas veces me señala algún error. Y mi hermano también. Pero no soy de los que dan a leer el inédito a todo el mundo.

-¿Qué piensa de haber marcado a generaciones con sus poemas de amor?

-Prefiero que haya sido con los de amor y no con los de desamor. Por lo menos nadie me ha acusado de que haya provocado divorcios. Si sirve para cosas buenas, mejor; es un estímulo. Recuerdo una experiencia muy curiosa que me pasó en Guadalajara. Habíamos dado ese recital que hacíamos con Daniel Viglietti, A dos voces, y después nos pusieron en una habitación para quienes querían que les diéramos autógrafos. Vinieron un hombre y una mujer y me dijeron: "Queríamos saludarlo porque nosotros estuvimos casados; ahora estamos separados, pero nos conocimos por un poema suyo". Yo me quedé en Guadalajara y un día que estaba firmando en una librería estas dos personas volvieron a aparecer. Me dicen: "Vinimos de nuevo a saludarlo porque estuvimos leyendo otra vez sus poemas y nos vamos a casar de nuevo". Esa fue una cosa curiosa, ¿no?

Benedetti se seca las lágrimas con disimulo.

Ha terminado la frase emocionado y no será la primera vez que la nostalgia lo invada y eche afuera la tristeza. El escritor que soportó un exilio de doce años en la Argentina, Perú, Cuba y España, que esperó con fortaleza el momento de reencontrarse con la esposa que se había quedado en Uruguay cuidando a las madres de ambos, ahora no consigue recobrar del todo la alegría.

Como si alguien le hubiese pedido explicaciones, Benedetti escribió versos reveladores en su último libro: "De ahora en adelante/ aunque comparta el tiempo con cercanos/ con los míos de siempre/ y pregunte y responda y hasta ría/ mi alma estará sola en su guarida/ con su resignación involuntaria/ rodeada de memorias imborrables/ e insomnios invadidos de tristeza/ y así una noche llegaré en silencio/ al borde de mi último destino".

La razón de la soledad, de la resignación, del insomnio y de la tristeza es de una obviedad demoledora. Luz ha muerto.

Regreso a casa

La biblioteca que tiene en su departamento de Montevideo debe sumar unos 7 mil ejemplares, según el conteo que lleva Ariel Silva, su secretario. Una colección similar existía en Madrid, donde pasaba la mitad del año antes de que Luz enfermara. Cuando decidió regresar definitivamente a Uruguay, donó esos libros a la Universidad de Alicante, con la que mantiene una relación especial. Allí tienen un centro de literatura latinoamericana que lleva su nombre; allí recibió su primer doctorado honoris causa. Ahora que vive su "desexilio", como él bautizó el retorno a su país, extraña España y los amigos que dejó.

-¿Hace cuánto tiempo que está instalado, definitivamente, en Montevideo?

-Esa instalación, como decís, me vino un poco por la enfermedad de mi mujer, que murió el 13 de abril pasado. Ibamos y veníamos de Montevideo a Europa, y ella comenzó con unos síntomas extraños, que los médicos de España diagnosticaron como mal de Alzheimer. En Madrid tengo muy buenos amigos, pero todos tenían su trabajo, sus preocupaciones; no era fácil quedarme ahí con el futuro de la enfermedad de mi mujer. Entonces regresamos. Un tiempo estuvo viviendo conmigo, pero después la tuve que internar en una casa de salud, por los constantes análisis. Era muy complicado. Yo la iba a ver todos los días. Por razones de mi propia salud, los médicos no me aconsejan los viajes. Hasta no hace mucho no me autorizaban siquiera salir a la calle.

-¿Es el asma la razón de esos cuidados?

-No, yo fui asmático sesenta años, pero después de una operación que me hicieron para sacarme un cálculo de la vejiga, se me fue el asma. Algunas veces me ataca un poquito, más bien por razones nerviosas, por algún disgusto. Se me va rápido.

-¿Nunca fumó?

-Nunca. Sólo una vez un habano, en Cuba, que me obligaron a fumarlo y estuve desmayado como dos horas. Cuando empecé a recuperarme, como todavía tenía los ojos cerrados, lo primero que oí fue que los cubanos decían "me parece que el compañero se nos murió". No me había muerto, por suerte.

-De este regreso, la enfermedad de su mujer debe de haber sido lo más difícil.

-Es que con la enfermedad y la muerte de mi mujer comenzó una etapa dolorosa para mí. Al poco tiempo murió mi cuñada; murió la madre de Daniel Viglietti, con quien yo he hecho muchos espectáculos; murió la madre de mi abogada; murió el hijo de una prima hermana, en un naufragio. ¡Yo qué sé! Una cantidad de muertes y accidentes. La literatura ha sido un poco el refugio para esas cosas. A veces ha entrado como tema.

El escritor no abunda en esos recuerdos, aunque sí lo hace por escrito. La muerte de Luz aparece en uno de sus últimos versos: "Antes de su final inmerecido/ Luz abrió por última vez sus ojos/ y su mirada fue una despedida/ nunca podré olvidar/ esos ojos tan míos/ resumiendo una vida/ dando un amor postrero/ más o menos consciente/ del temblor de mis manos".

Abanico de recuerdos

Mientras publicaba sus primeros libros sin conseguir que eso le diera para vivir, Benedetti trabajó como periodista. Fue crítico literario y también cronista de fútbol. Escribía una crónica humorística en la que se reía de los avatares de Peñarol o de Nacional, el equipo del cual ha sido hincha por años. Aunque las alegrías del fútbol uruguayo son del pasado -fueron dos veces campeones olímpicos y otras dos campeones mundiales-, Benedetti parece francamente contento cuando habla de fútbol, tema que abordó, también, en uno de sus cuentos más celebrados, Puntero izquierdo.

"Sí, soy hincha de Nacional", afirma con fuerza, mientras coloca las manos en puño.

-En algunos libros suyos hay epígrafes de Vicente Huidobro. ¿Le interesó como poeta?

-Sí, cómo no. Me interesó mucho. A pesar de que era un poeta medio raro, bien especial, pero creo que leía los cambios que se estaban dando en la poesía. De vez en cuando lo leo todavía. También me gustaba Pablo Neruda; fui su admirador, pero no influyó en mi poesía, como sí lo hizo el peruano César Vallejo. Neruda fue un gran poeta; yo lo conocí: él venía a menudo a Montevideo y paraba en casa de un amigo. Este amigo, que era amigo nuestro también, nos invitaba.

-Y a Nicanor Parra, ¿lo conoce?

-También. Nicanor es otra cosa. Nos vinculamos por el lado del humor y del disparate. Era un cultor del disparate. ¿Vive?

Benedetti se sorprende de la longevidad del antipoeta, que tiene 92 años. "Yo sabía que era mayor que yo, pero no cuánto", dice.

Se entera entonces de los últimos artefactos hechos por Parra. De los colgados en su polémica exposición en el subsuelo de La Moneda, la casa de gobierno en la capital chilena.

-Ha sido su estilo -explica-. Yo creo que Nicanor Parra ha sido un creador, casi genial, del disparate. Es algo que a veces en la literatura hace falta.

El disparate de Parra lo lleva, por fin, a reírse a carcajadas. Por un rato, al menos. No hay olvido para Benedetti; fue él quien dijo que el olvido está lleno de memoria.

Por eso, quizás, en el citófono que corresponde a su departamento todavía se puede leer el nombre de su esposa: Luz López. La que lo trajo de regreso a casa.

Por Marcela Escobar/ El Mercurio / GDA


Benedetti escogido



  • Mario Benedetti nació el 14 de septiembre de 1920 en Paso de los Toros, departamento de Tacuarembó, Uruguay. Desde sus 4 años, sin embargo, vivió junto a su familia en Montevideo. Cursó la escuela primaria en el Colegio Alemán, y desde muy pequeño escribió cuentos y poemas.
  • Los problemas económicos de su familia lo obligaron a completar sus estudios secundarios como alumno libre y a trabajar desde muy joven. En 1946 se casó con Luz López, de quien enviudó en abril de este año.
  • Algunas de sus obras más destacadas son:

-La tregua.

Publicado en 1960. Reeditado por Seix Barral en 2000. La historia de amor de un oficinista viudo a punto de jubilarse y una muchacha mucho más joven marcó la internacionalización de su obra. Pese a que es el libro que más ha vendido, Benedetti ha declarado que no lo considera su mejor texto.

-Primavera con una esquina rota.

Publicado en 1982.Reeditado por Editorial Sudamericana en 2001. Escrita mientras vivía en el exilio, aborda desde distintos personajes la temática del desarraigo y del fin de los sueños, intercalando su propia experiencia en algunos capítulos.

-Antología poética.

Publicado en 1994. Colección Austral, Espasa Calpe. Benedetti había hecho una antología de poemas en Inventario uno.

Esta colección incluye clásicos como Táctica y estrategia, Te quiero, No te salves, Hagamos un trato y El sur también existe.

-Inventario tres.

Publicado en 2004. Seix Barral, reeditado en 2006. Esta colección reúne los poemas que Mario Benedetti publicó en los libros editados entre 1995 y 2000, como El olvido está lleno de memoria, La vida, ese paréntesis, Rincón de haikus y El mundo que respiro.

http://www.lanacion.com.ar/edicionimpresa/suplementos/revista/nota.asp?nota_id=865131
LA NACION | 10.12.2006 | Página 00 | Revista


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A algunas personas no le gustan sus poemas, otras los adoran. Para mí, cuando lo escuché leer sus propios poemas, aprendí que la métrica en la poesía es sólo una cuestión de ritmo. Y le agradezco mucho a Don Mario por eso.



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Se murió.


Según lo que vi en la televisión, la muerte del ex-dictador chileno fue recibida con alegría por unos y con tristeza por otros. Esto es señal que la justicia no llegó a tiempo para decidir si el ex-militar era o no culpable de los delitos que le imputaban (desaparición forzada de personas, grandes cantidades de dinero en cuentas en el extranjero, sólo para nombrar un par de cargos en su contra). Ojalá que al menos se logren recuperar los dineros y que regresen a donde pertenecen: a las arcas del Estado.

Para ser sincero, y asumo toda la responsabilidad por ello, al principio no quise creer la noticia. Pensé que era otra de esas artimañas judiciales que usaban los abogados del difunto para mostrarlo débil y senil. Y es que todavía me elevan la tensión arterial las imágenes de cuando regresó a Chile luego de su detención en Londres. En la ciudad europea lo mostraban en silla de ruedas, taciturno y enfermizo. Al bajarse del avión, se levantó de su silla de ruedas, sano, triunfal, sonriente saludando al público. Todo fue una farsa. O al menos así lo viví yo

Ojalá que con su muerte los chilenos avancen en el cierre de las heridas que dejó el gobierno de facto que derrocó a Salvador Allende.

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7.12.06

De Blue: No te engañes


Un post interesante de Blue, titulado "No te engañes", me ha dejado pensativo. Me gustaron las sentencias que añadió a la frase original. Reproduzco acá la parte que más me gusta.


No te engañes, si te pega no te quiere...
si te insulta no te quiere,
si te engaña no te quiere,
si te lastima con sus palabras o sus manos no te quiere,
si te olvida no te quiere,
si te deja esperando por horas no te quiere,
si no reconoce tus esfuerzos no te quiere,
si no te ayuda a crecer en todos los aspectos es porque no te quiere,
si te trata como a su peor enemiga no te quiere,
si no te cuida es porque no te quiere,
si no te acaricia o te dice palabras lindas es porque no te quiere,
si te compara con otras mujeres es porque no te quiere,
si no te valora como mujer, como persona, como pareja y compañera es porque no te quiere.
Ya no te engañes, simplemente él no te quiere.

Blue



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4.12.06

Sopa de letras 4 de diciembre


Bueno, en la sopa de letras de este día, están revueltos otros veinte nombres de los elementos químicos.



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Solución sopa de letras 27 de noviembre


Esta es la solución de la sopa de letras de la semana pasada.



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Crucigrama 4 de diciembre


Esta es mi propuesta para el crucigrama de esta semana.




Horizontal:

1. Hogar

3. Máquina hidráulica

7. Cuerpo simple gaseoso

8. Usura

9. Agarrar

11. Gesto. actitud corporal

14. Acido desoxirribonucleico

15. Acido ribonucleico

16. Lirio. blasón

19. volcán de las islas Filipinas

20. Que está compuesto de partes iguales

21. Nuevo. principiante

22. Pelo grueso del jabalí

23. Hoja muy delgada de harina

26. Comedia de género bufo

27. Antiguo soberano de Rusia y Bulgaria

30. Profeta judío en tiempos de David

32. Inspiración poética

34. Altar en que se ofrecen sacrificios

35. Hendidura

36. Relativos al monte Ida

Vertical:

1.Envolver

2.Sistema de navegación

3.Señale. marque

4.Bahía natural o artificial

5.Une. enlaza con cinta

6.Signo aritmético

7.Libro sagrado de los musulmanes

10.Arbusto parecido a la casia

12.Susurrar

13.Zorra

16.Alabanza

17.Obtuso

18.Redondez. globo o circunferencia

19.Fortaleza. fuerte

24.Parte superior de la diligencia

25.Acostar el viento las mieses

26.Que carece de belleza

28.Feliz. venturoso

29.Síncopa de Su Señoría

31.Zaque grande usado en las minas

33.Apetito, anhelo




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Solución crucigrama 27 de noviembre


Para las personas interesadas, esta es la solución al crucigrama de la semana pasada.



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1.12.06

La seguridad informática


Si bien esta bitácora no está dirigida a dar consejos a nadie, ni mucho menos a dar pautas a seguir en seguridad informática, me he encontrado con una entrevista realizada a Kevin Mitnick. En ella, el ex-cracker ahora convertido en analista de seguridad, da algunas sugerencias para quienes navegan asiduamente en Internet desde sus propias computadoras.

Traduzco libremente la mejor parte de la entrevista

  • Respalde todo. Su computadora no es invulnerable. La pérdida completa de datos puede pasarle a cualquiera, incluyéndolo a usted.
  • Escoja passwords que sean difíciles de adivinar. No basta con añadirle un par de números a una clave conocidísima. Siempre cambie los passwords predefinidos de antemano.
  • Use un producto antivirus como AVG o Norton y configúrelo para que se actualice diariamente.
  • Actualice religiosamente sus sistema operativo y esté atento a aplicar todos los parches de seguridad liberados por el creador del software
  • Evite los programas que sirven de carnada para los crackers, como el Internet Explorer. Además, deshabilite la ejecución automática de scripts en su cliente de correo electrónico
  • Use software de cifrado como PGP (Pretty Good Privacy) para enviar correo de contenido delicado. También puede usarlo para cifrar su disco duro
  • Use una aplicación de detección de software espía (o mejor varias). Los programas que se pueden configurar para correr periódicamente, como el SpyCop son los ideales.
  • Use un programa de firewall personal en su computadora. Configúrelo para prevenir que otras computadoras, redes y sitios se conecten a su computadora sin su permiso. Además, especifique qué programas están autorizados a conectarse a Internet automáticamente
  • Deshabilite en su computadora cualquier servicio que no esté usando, específicamente aplicaciones que pueden darle a otras personas acceso a su computadora (Como el Escritorio remoto, RealVNC y NETBIOS)
  • Asegure sus redes inalámbricas. En su casa, use el WPA (Acceso protegido a Wi-Fi) con un password de al menos veinte caracteres. Configure su portátil para conectarse en "Infrastructure mode only" y no añada redes a menos que ellas usen WPA

Admito públicamente que en este año he fallado con el primer punto. Eso significa que es hora de comenzar nuevamente con los respaldos periódicos. Con los demás puntos, no todos me aplican. Yo no envío mensajes de contenido ultra-secreto. En resumen, detro de lo que cabe no estoy tan mal protegido. Y ese es el mayor problema, el pensar que "a mí no me puede pasar nada".

Mientras escribo esto, me entero que eayer fue el día de la seguridad en las computadoras. Pueden hallar el sitio acá.


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