30.10.09

Impresionables

Tengo una hipótesis plantada en la cabeza y que no cesa de preocuparme: los seres humanos somos fácilmente impresionables. Para sustentar esta idea he encontrado tres ejemplos que quiero hacer encajar en este esquema:

  • Primero: Hoy se cumplen setenta y un años de aquel día en que Orson Welles emitió su famoso programa de radio basado en la novela de ciencia ficción La guerra de los mundos de H.G. Wells (pueden leer la entrada de Wikipedia en en inglés). A pesar de los dos avisos que se intercalaron en el programa anunciando que todo era una dramatización, la histeria colectiva cundió en la zona donde se escuchó el programa radial. Es quizá uno de los mejores ejemplos del poder de los medios de difusión sobre la histeria colectiva de la población.

  • Segundo: Luego del golpe de estado que ocurrió en Honduras el pasado 28 de junio, muchos noticieros y agencias de noticias hacían ver que el Golpe fue una respuesta defensiva ante la posible perpetuación en el poder del presidente Zelaya mediante una modificación a la Constitución que le permitiría re-elegirse inmediatamente en las elecciones de noviembre de 2009. Se presentaba al Golpe como la única respuesta "lógica" ante semejante barbaridad. Yo recuerdo que durante los primeros días, esa versión circuló ampliamente. Fue hasta que encontré esta nota de Carlos Ábrego que me día cuenta que la idea que nos habían vendido desde diferentes ángulos no era tan cierta. Posteriormente, he encontrado otras fuentes periodísticas que muestran lo absurdo de este argumento para justificar el golpe de estado.

  • Tercero: La semana pasada, circuló un correo electrónico supuestamente firmado por las pandillas salvadoreñas indicando que imponían un toque de queda a partir de las 6 pm (Yo no recibí copia de este correo, por esto no puedo citarlo directamente) Esto puso en alerta a los directores de algunas escuelas públicas que decidieron suspender clases en el turno vespertino o que permitieron que los alumnos salieran temprano para que estuvieran en sus casas. Muchas personas que circulaban por las calles después de las 6 pm lo hacían con prisa y con zozobra. Incluso hubo un noticiero amarillista que le dio más volumen al rumor. Por supuesto, al día siguiente las autoridades policiales notificaban que todo había sido una falsa alarma y hacían un llamado a no dejarse intimidar por este tipo de anónimos.
¿Seremos las personas tan fácilmente impresionables? Comprendo que estoy mezclando tres eventos con contextos diferentes, pero que para mí son ejemplos de el modo en como procesamos la información: obtenemos un primer dato acerca de algo y nos aferramos a él. Si lo mezclamos con algún miedo personal o social, mejor todavía. No volvemos a cuestionar si la información que adquirimos es cierta o no, incluso si hay voces que llaman a la razón y nos muestran lo absurdo de nuestra visión. Comprendo que en los casos de histeria colectiva, es más difícil poner en tela de juicio toda la información que recibimos, pero tampoco podemos reaccionar como ganado ante cualquier amenaza anónima de gran magnitud que no puede ser verificada al menos por un periódico o cadena radial. Si queremos crecer como ciudadanos y que nos traten como tales, necesitamos comenzar a digerir de otra manera la información que nos presentan. Sé que es utópico que todos los salvadoreños tengamos acceso a más de una fuente informativa que nos permita contrastar los hechos, pero no por ello debemos dejar de exigirles al Gobierno y a los Medios de Difusión que cumplan con su deber en la Sociedad. Esto sin olvidar nuestra propia responsabilidad al respecto.

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Notas adicionales Noticia en el Diario Colatino sobre el rumor de la amenaza de las pandillas

2 comentarios:

  1. muy buen apunte Alde,s
    me alegra que volvás a escribir

    Saludoa

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  2. Gracias por el apoyo. Veremos si podemos regularizar un poco las publicaciones en este espacio.

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