Feliz Navidad.

Para los creyentes, les deseo una Feliz Navidad y que no olviden el origen de este día: la presencia del Amor entre nosotros.

Para quienes no creen, confío en que habrán pasado un buen rato con su familia, que es un regalo que pocas veces podemos darnos en esta agitada vida. Si la pasaron en solitario, mi deseo es que hayan disfrutado de esa pequeña experiencia de hacernos sana compañía a nosotros mismos.

Para quienes nos dejamos alcanzar por el consumismo -aunque sea con un pequeño rozón- asistiendo a los centros comerciales y comprando cosas que no necesitábamos o que la otra persona tampoco necesitaba, les pido que para el próximo año dejemos eso a un lado y nos centremos en hacer feliz a los Otros en lugar de inundarlos de regalos vacíos.

Para quienes recibieron un regalo importante (una sonrisa, un abrazo o un "Feliz navidad" sincero) los invito a no quedarse con él, a compartirlo, a multiplicarlo en estos próximos días. Para quienes recibieron algo más prosaico en forma de un regalo, disfrútenlo y recuerden siempre el cariño que encierra ese presente.

Casi para finalizar, y esto va para mí, no quiero olvidar a la gente que le tocó trabajar en este par de días, a la que pasó en la sala de emergencias de un hospital, a la que estuvo en su pequeña venta intentando ganar unos cuantos centavos más para pasar mejor el siguiente día, a toda esa gente que vivió su navidad en medio de dificultades. A todos les deseo que su vida mejore pronto y que no pierdan la esperanza.

Por último, quiero recordar esta caricatura de Alecus, publicada en LPG ayer 24 de diciembre.




Categoría: Reflexiones, Navidad